El día de ayer surgieron dos noticias interesantes que muestran porqué la tecnología y la ética no siempre van de la mano.
Los casos:
- Linux prohíbe a la Universidad de Minnesota por cometer código malicioso
- Un joven argentino fue dueño del dominio google.com.ar por pocas horas y provocó una revolución en redes
La Universidad de Minnesota ya pidió disculpas e informó que realizará una investigación interna. En caso de nic.ar todavía no se sabe que sucedió.
Lo interesante es de qué forma se debe entender el aspecto ético de la búsqueda de vulnerabilidades, reporte y explotación de fallas.
Si bien existen buenas prácticas parece ir un paso más allá el tema y ya hay situaciones en las cuales las fallas se generan o se buscan para explotarlas en entornos productivos adrede.
Desde la lista de correo de Kernel hubo muchas críticas hacia la universidad porque se estaba produciendo una gran perdida de tiempo reparando estas fallas incorporadas a propósito.
En este sentido, el debate al respecto es si nuestras acciones fomentan o rechazan este tipo de comportamientos hostiles.
Parece, en efecto, que muchos los festejan como una "hazaña". Algo, que se entiende, contrario a la ética.
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