Si hay algo en lo que se involucionó es en los teléfonos celulares, más específicamente los llamados teléfonos inteligentes o smartphones, es en la baja duración de la batería. Esta frase no viene a generar controversia sino simplemente a aclarar un punto que no se suele tener en cuenta en el traspaso de un teléfono no-inteligente a uno “inteligente”.
Vale la aclaración dado que teléfonos sencillos básicos la batería suele durar hasta 10 días, en los smartphones con las aplicaciones normales corriendo puede durar como mucho 2 o 3 días, y eso ni bien se compre sin ningún tipo de desgaste, luego pueden llegar a durar 1 solo día, más allá de lo que digan en las especificaciones.
Por supuesto que no se puede comparar las características de uno con el otro, pero ¿de que me sirve tener aplicaciones, bluetooth, wifi, 2/3G, GPS si la no tiene batería? Tal vez parezca ridículo pero no lo es: sin batería no funciona ninguna de las cosas “inteligentes” de estos teléfonos.
Esta claro que los teléfonos inteligentes no siguen la filosofía UNIX dado que hacen muchas cosas pero mal, dado que no pueden cumplir algo básico: que la batería dure un tiempo prudencial para hacer llamadas y enviar SMS.
Para que dure más la batería se suele aconsejar utilizar menos funciones: deshabilitar el WiFi, el GPS, decir que solo utilice 2G (o deshabilitar el APN), cerrar aplicaciones que no se utilicen, no utilizar mucho la cámara, acceder poco a la microSD, etc... en fin utilizarlo como un teléfono “de los antiguos”.
Pues bien, ya está advertido si decide cambiar su teléfono móvil tenga muy en cuenta el tema de la batería.
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